6 nov 2008

¿Es cierto que nuestras experiencias como adolescentes marcan nuestras vidas como adultos? ¿Qué hay de los chicos y chicas que pasan considerables horas en ambientes cada vez más hostiles? Las estadísticas son alarmantes. Los dejo con este artículo que nos informa sobre la violencia en el ambiente escolar.

Ignorar al compañero, ridiculizarlo o insultarlo son situaciones que hicieron sentir a otro o que vivieron en carne propia más de la mitad de 4971 alumnos del secundario de escuelas públicas de 21 provincias argentinas.Y el caso llegó a mayores para alrededor de un 17 % de los adolescentes consultados. Muchos de ellos optaron directamente por los golpes, ya sea como autores o víctimas, según un estudio sobre violencia en la escuela media realizado por investigadores del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).“Los mayores niveles de violencia se presentan en el Nordeste argentino, los menores se producen en el conurbano bonaerense, mientras que en la ciudad de Buenos Aires ronda el promedio general del país”, destacan los sociólogos Ana Lía Kornblit y Dan Adaszko, autores del trabajo que también puntualiza: “La pelea de golpes de puño sigue siendo una modalidad muy presente en lo que hace a la resolución de conflictos entre los adolescentes, lo que ha crecido entre las mujeres”.El fenómeno de la violencia en la escuela dejó de ser un suceso que se veía por televisión en otros países. Pero sin llegar al extremo del ataque de un chico contra sus compañeros con un arma ocurrido en Carmen de Patagones en 2004, la violencia parece asistir a clase. Por eso, el equipo de la UBA realizó una encuesta a adolescentes de entre 15 y 19 años en ciudades del país con más de 50.000 habitantes.Los ataques revelan distintos niveles de agresión. Algunos maltratos son sutiles, como impedirles a otros que participen de un grupo o cargarlos. De este hostigamiento fue víctima y protagonista el 52% de los chicos consultados, y un 16,6% dijo haber cometido un acto de violencia en el último año como irse a las piñas o amenazar u obligar a otro a hacer algo indeseado. Un 16,9% expresó haber sido víctima de ese maltrato.“No son grupos excluyentes. Por momentos, algunos son víctimas, pero los mismos son agresores en otros momentos. Es un escenario generalizado de vínculos violentos”, define Adaszko. Sin hallarse en una u otra posición, tres de cada cuatro jóvenes admitió haber sido testigo de actos hostiles y un tercio, de hechos de violencia.

http://blog-ec.ubp.edu.ar/violencia/?p=11

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